Como profesora de yoga me ha gustado mucho este encuentro porque he relacionado muchísimo distintos momentos del discurso con el ritmo de una sesión de yoga o como digo yo, con las olas de la vida. Si la vida es una ola, tenemos, desde pequeñxs que asumir que hay espacios para la exploración, incluso para el caos absoluto, y espacios para el silencio, para algo más guiado o el orden, como apuntaba la compañera. Creo que la educación, sea del tipo que sea, debe tener por objetivo capacitarnos en SER, y en sentirnos nosotrxs al vivir o surfear esas olas que nos ofrece la vida.
En cuanto al tema de los referentes infantilizados (el arte, la estética, los colores, la música, incluso la comida…) que responden a estímulos que obviamente no “elevan” el ser, o lo estresan, o lo aceleran pienso que como padres (o incluso me gustaría imaginar como comunidad) tenemos que filtrar el número de impactos que esos referentes aparecen en ciertas edades del niñx, básicamente lo que sería no prohibir pero sí minimizar, ya que estos los limitan. Es decir, no hay que demonizar la comida rápida (que obviamente tiene un sabor que a nivel de paladar es incomparable con una comida sencilla y sin aditivos) pero no puede ser una constante, porque sino incapacito al niñx de ver más allá, de saborear otras cosas. Con esto como con todo, trabajar con música y saber trabajar en silencio, hacer una carrera y competir y disfrutarlo y saber jugar cooperativamente y también solo….Entiendo que habrá familias que prefieran prohibir para proteger, pero creo que finalmente el mundo es el que es (con sus flúor y todo) y el equilibrio real lo siente el que puede pasearse por todos los estados de la ola y es libre quien elige. Como educadora y como madre confío en dotar de herramientas a mi hija para que elija a Aretha Franklin antes que a los cantajuegos ( y si los elige, cuando haya pasado cierto tiempo, ofrecer alternativas y hacer turnos).
Me ha gustado mucho la aportación ‘Por qué se asocia con los niños los colores flúor y del parchís?’ Estoy totalmente de acuerdo y tengo la misma inquietud…¿por qué hacen eso? Creo mucho en los espacios y estimulación NO saturada, neutral, a ser posible monocromático.
Gracias Irene por grabar el encuentro para los que no nos pudimos conectar. Ha sido muy interesante escucharos a todas.
En relación a organizar los espacios del aula con tonalidades cálidas estoy totalmente de acuerdo, y me gustaría preguntarte de qué manera se puede transformar las mesas y sillas (verde ministerio) que tenemos en la inmensa mayoría de los colegios públicos y que no podemos hacer una inversión en mobiliario , pero sí transformar o cambiarlo. Si me puedes sugerir alguna técnica o estrategia estaría muy agradecida.
Mil gracias
María Catalina
Me parece un encuentro muy interesante y enriquecedor.
Estoy totalmente de acuerdo con Irene en la importancia de observar el uso del material más que en la zonificación. Mi aula está organizada por ambientes pero en todos ellos hay material abierto y puede rotar por los ambientes(en un aula de dos años los cordones daban muchísimo juego podía ser comida, servir para “atar” cosas, para introducirlas en otros elementos, etc.
Totalmente de acuerdo con el abordaje acerca de las diferentes metodologías, referentes, etc
Que curiosa la propuesta del árbol
Totalmente de acuerdo en el tema de los colores del parchís, en la escuela infantil aún perduran y es cierto que hemos intentado mejorar la estética cómo ha propuesto Irene intentando que cada clase tenga un color del parchís ( no me había fijado que está en tantas cosas y totalmente cierto, mesas, sillas, módulos de psicomotricidad, cajas para organizar etc), estamos cambiando cajas por diferentes continentes (cestas, bandejas, etc )
No obstante cualquier idea Irene que pueda mejorar en este sentido te lo agradecería
Hay muchas ideas posibles, entre ellas “tunear” el mobiliario, o poner fundas a los cojines o bloques de psicomotricidad. Creo que el hecho de que os lo empecéis a plantear os irá creando las necesidades. Para hablar más en detalle de ello, lo podemos pensar como tema de trabajo de cara a la formación presencial que hagamos con vosotras más adelante en el centro cuando las circunstancias lo permitan.
Me encantó el ejercicio de los árboles, sobre todo en relación a la reflexión final; la elocuencia con la que devela algunos aspectos de las consignas de la educación artística. El modelo de la libre expresión en arte, dentro de su contexto sociohistórico fue muy necesario, pero las consignas que apelan hoy al “dibujo libre”, por ejemplo, apuntan supuestamente a la libertad creativa del estudiante, pero en general, si éste no cuenta con una formación y herramientas previas, lo dejan bastante solo en el hacer. La consecuencia natural es caer en el estereotipo. Creo que habría que plantearse la diferencia entre consigna “libre” y consigna “abierta” . La construcción de esta última como elemento disparador, interpelador del proceso creador de los niños y/o estudiantes es quizás lo más difícil de realizar de la tarea docente pero, al mismo tiempo, su aspecto más creativo e interesante.
“La consigna es aquello que da el docente para tratar de generar algo en el otro.
Es un puente, una manera de llegar al otro.
Es un estímulo verbal para que el otro se ponga en acción.
Es pauta que trata de llegar al otro con lo que se dice.
Es un modo de despertar con la palabra la curiosidad en la exploración.
Es una dirección que orienta la investigación.
Es un recorte, una selección que favorece la atención.
Es lo que digo para que el alumno se interese en algo.
es una provocación que genera imágenes y emoción.
Es un fósforo que enciende.”
(Gunnay, Marina y Kalmar, Deborah, “El movimiento en la educación. El arte de las consignas en la expresión corporal, la comunicación y otras disciplinas”, Bs As, Novedades educativas, 2017)
Como profesora de yoga me ha gustado mucho este encuentro porque he relacionado muchísimo distintos momentos del discurso con el ritmo de una sesión de yoga o como digo yo, con las olas de la vida. Si la vida es una ola, tenemos, desde pequeñxs que asumir que hay espacios para la exploración, incluso para el caos absoluto, y espacios para el silencio, para algo más guiado o el orden, como apuntaba la compañera. Creo que la educación, sea del tipo que sea, debe tener por objetivo capacitarnos en SER, y en sentirnos nosotrxs al vivir o surfear esas olas que nos ofrece la vida.
En cuanto al tema de los referentes infantilizados (el arte, la estética, los colores, la música, incluso la comida…) que responden a estímulos que obviamente no “elevan” el ser, o lo estresan, o lo aceleran pienso que como padres (o incluso me gustaría imaginar como comunidad) tenemos que filtrar el número de impactos que esos referentes aparecen en ciertas edades del niñx, básicamente lo que sería no prohibir pero sí minimizar, ya que estos los limitan. Es decir, no hay que demonizar la comida rápida (que obviamente tiene un sabor que a nivel de paladar es incomparable con una comida sencilla y sin aditivos) pero no puede ser una constante, porque sino incapacito al niñx de ver más allá, de saborear otras cosas. Con esto como con todo, trabajar con música y saber trabajar en silencio, hacer una carrera y competir y disfrutarlo y saber jugar cooperativamente y también solo….Entiendo que habrá familias que prefieran prohibir para proteger, pero creo que finalmente el mundo es el que es (con sus flúor y todo) y el equilibrio real lo siente el que puede pasearse por todos los estados de la ola y es libre quien elige. Como educadora y como madre confío en dotar de herramientas a mi hija para que elija a Aretha Franklin antes que a los cantajuegos ( y si los elige, cuando haya pasado cierto tiempo, ofrecer alternativas y hacer turnos).
Me ha gustado mucho la aportación ‘Por qué se asocia con los niños los colores flúor y del parchís?’ Estoy totalmente de acuerdo y tengo la misma inquietud…¿por qué hacen eso? Creo mucho en los espacios y estimulación NO saturada, neutral, a ser posible monocromático.
Gracias Irene por grabar el encuentro para los que no nos pudimos conectar. Ha sido muy interesante escucharos a todas.
En relación a organizar los espacios del aula con tonalidades cálidas estoy totalmente de acuerdo, y me gustaría preguntarte de qué manera se puede transformar las mesas y sillas (verde ministerio) que tenemos en la inmensa mayoría de los colegios públicos y que no podemos hacer una inversión en mobiliario , pero sí transformar o cambiarlo. Si me puedes sugerir alguna técnica o estrategia estaría muy agradecida.
Mil gracias
María Catalina
Nosotros las pintamos de blanco. Lo que hacemos es dar una imprimación previa a los tableros para después pintarlos con esmalte.
Me parece un encuentro muy interesante y enriquecedor.
Estoy totalmente de acuerdo con Irene en la importancia de observar el uso del material más que en la zonificación. Mi aula está organizada por ambientes pero en todos ellos hay material abierto y puede rotar por los ambientes(en un aula de dos años los cordones daban muchísimo juego podía ser comida, servir para “atar” cosas, para introducirlas en otros elementos, etc.
Totalmente de acuerdo con el abordaje acerca de las diferentes metodologías, referentes, etc
Que curiosa la propuesta del árbol
Totalmente de acuerdo en el tema de los colores del parchís, en la escuela infantil aún perduran y es cierto que hemos intentado mejorar la estética cómo ha propuesto Irene intentando que cada clase tenga un color del parchís ( no me había fijado que está en tantas cosas y totalmente cierto, mesas, sillas, módulos de psicomotricidad, cajas para organizar etc), estamos cambiando cajas por diferentes continentes (cestas, bandejas, etc )
No obstante cualquier idea Irene que pueda mejorar en este sentido te lo agradecería
Hay muchas ideas posibles, entre ellas “tunear” el mobiliario, o poner fundas a los cojines o bloques de psicomotricidad. Creo que el hecho de que os lo empecéis a plantear os irá creando las necesidades. Para hablar más en detalle de ello, lo podemos pensar como tema de trabajo de cara a la formación presencial que hagamos con vosotras más adelante en el centro cuando las circunstancias lo permitan.
Me encantó el ejercicio de los árboles, sobre todo en relación a la reflexión final; la elocuencia con la que devela algunos aspectos de las consignas de la educación artística. El modelo de la libre expresión en arte, dentro de su contexto sociohistórico fue muy necesario, pero las consignas que apelan hoy al “dibujo libre”, por ejemplo, apuntan supuestamente a la libertad creativa del estudiante, pero en general, si éste no cuenta con una formación y herramientas previas, lo dejan bastante solo en el hacer. La consecuencia natural es caer en el estereotipo. Creo que habría que plantearse la diferencia entre consigna “libre” y consigna “abierta” . La construcción de esta última como elemento disparador, interpelador del proceso creador de los niños y/o estudiantes es quizás lo más difícil de realizar de la tarea docente pero, al mismo tiempo, su aspecto más creativo e interesante.
“La consigna es aquello que da el docente para tratar de generar algo en el otro.
Es un puente, una manera de llegar al otro.
Es un estímulo verbal para que el otro se ponga en acción.
Es pauta que trata de llegar al otro con lo que se dice.
Es un modo de despertar con la palabra la curiosidad en la exploración.
Es una dirección que orienta la investigación.
Es un recorte, una selección que favorece la atención.
Es lo que digo para que el alumno se interese en algo.
es una provocación que genera imágenes y emoción.
Es un fósforo que enciende.”
(Gunnay, Marina y Kalmar, Deborah, “El movimiento en la educación. El arte de las consignas en la expresión corporal, la comunicación y otras disciplinas”, Bs As, Novedades educativas, 2017)
Muy interesante. Gracias Eliana.